La bicicleta y caminar parece ser el remedio mágico que ayuda a tener una movilidad sustentable y efectiva en las grandes ciudades.
Grandes urbes como Hong Kong, Viena, París, Londres, que están entre las primeras del mundo en cuanto a movilidad, han privilegiado carriles exclusivos para ciclistas, y han modificado la ciudad para que sea más amable con los peatones, al mismo tiempo que invierten en líneas de Metro o trenes suburbanos, con resultados muy favorables.
En Monterrey en cambio prácticamente es la ciudad del Automóvil, pues sólo un 33% de la población se mueve en transporte público y se calcula que más del 50% siempre se traslada en coche. Apenas el 0.4% y 0.5% de las personas se transporta en bicicleta.
En 2017, un estudio de la empresa Arthur D Little determinó que Hong Kong es la ciudad más sustentable en cuanto a movilidad, con 12 millones de desplazamientos en transporte público, que es el 90% de los viajes, pero además ha invertido con un entramado de pasarelas y escaleras mecánicas al aire libre único, que recorre unos 800 metros y se eleva hasta los 35 metros de altura, para conectar varios distritos de forma gratuita. Y obviamente no contamina.
Zúrich, segunda en el ranking, moviliza al 60% de la población en transporte público, pero está apostando a enriquecer la flota de bicicletas y aumentar cajones de estacionamiento.
El uso de la bicicleta es una estrategia común en ciudades como París, Londres, Praga, Viena, Sao Paulo y Ciudad de México, en Latinoamérica.
Ciudad de México tiene un interesante sistema de renta de bicicletas. En el primer cuadro de la ciudad, por una renta mensual se puede utilizar una bicicleta pública por cierto tiempo, y luego dejarlo en otro sitio cercano al lugar de destino.
Sistema de movilidad